El área más creativa y emocional de un espacio habitable es sin duda la cocina, esta es reconocida como el alma de todo hogar y juega un papel fundamental no sólo en un sentido de sobrevivencia, sino también, en un sentido emocional entre los que la habitan, de ahí la importancia de que este espacio sea en primer lugar funcional, organizado, iluminado, puro y despejado, para experimentar así la libertad de crear y disfrutar no sólo de los platillos ejecutados, sino también del proceso de crear a partir de la nada.

Un espacio de 17 m2 envuelve una experiencia de cambio, en un proyecto particularmente emocional, sorpresivo y radical, debido a las condiciones previas del sitio, ya que se intervino un ambiente con más de 30 años de antigüedad cuyos acabados y mobiliario ya no se ajustaban a las necesidades funcionales y estéticas de los ocupantes.